Hijos Creados Hijos Engendrados
HIJOS CREADOS, HIJOS ENGENDRADOS.
Por Frank López
1Corintios 15:45, "Así también está escrito: El primer HOMBRE, Adán, FUE HECHO ALMA VIVIENTE. El último Adán, espíritu que da vida.” El diablo estaba completamente convencido de que él pondría de rodillas a Jesús con las tres tentaciones: La pasión de la carne, la pasión de los ojos, y la arrogancia de la vida. Él se esforzó en tentarle por 40 días, pero Jesús pasó la prueba. Puedo imaginar a Satán después de haber sido derrotado mirando a Jesús y decir: ‘Este Adán no es como el primer Adán’.
Después de las tentaciones, el diablo dejó a Jesús por un tiempo. Creo que Satán consultó con todos sus príncipes y sus generales y les dijo a ellos, ‘Este Jesús es un hombre peligroso para el reino de la oscuridad. Si no le podemos hacer caer a través de la pasión de la carne, la pasión de los ojos, y la arrogancia de la vida, incitaremos al pueblo para matarle’. Y ellos lo hicieron. En cada esquina hubo rabís y fariseos preparados con piedras para matar a Jesús en cualquier momento.
Esto nos habla algo de suma importancia para nosotros. Si el diablo no nos puede vencer a través de la pasión de la carne, la pasión de los ojos, o la arrogancia de la vida, él tratará de enredarnos y matarnos espiritualmente a través de órdenes religiosas, entendimiento religioso, y doctrinas religiosas. Él ha hecho esto para cada movimiento de Dios que se ha levantado en el Espíritu por los últimos 2000 años. Debemos tener por entendido que el Espíritu no está en una denominación o en un sistema de religión, mas la vida que da el Espíritu está en el segundo hombre, quien es El Señor del cielo.
El mensaje que Dios da a conocer no está en hebreo, en griego, o en cualquier otro lenguaje. El mensaje que Dios comunica por Su Hijo está en el Espíritu. Por esto las palabras del gran apóstol fueron, ‘No hablo a sus mentes, a sus almas, o a su carne. Hablo a su espíritu. Si su hombre interior, el hombre de espíritu, oye lo que el Espíritu de Dios dice, entonces usted será fuerte en espíritu’.
Si el diablo no nos puede atrapar mediante el entendimiento religioso, y somos sabios en el espíritu y no estamos muy interesados con la comprensión de cada doctrina y de las enseñanzas religiosas, y no estamos atados por doctrinas sino sólo para el Espíritu de Dios, entonces él probará alguna otra cosa. Él usará a nuestro amigo más cercano para probarnos y desviarnos de la cruz. Así es como él ha trabajado, con cada grupo de gente cristiana.
Jesús no podría ser engañado. Él no andaba buscando poder o gloria en la Tierra. Él tuvo sus ojos puestos en el poder y la gloria más allá de la cruz. Primero el sufrimiento y el cumplimiento de la cruz, y luego Él estaría de pie en medio de Sus discípulos y diciendo, "Toda autoridad me ha sido dada en el cielo y en la tierra.” [Mateo 28:18]. Él nunca se estableció en el camino por cualquier cosa.
Cuando Jesús dijo a Sus discípulos que uno de ellos le traicionaría, todos los discípulos comenzaron a preguntarle, ‘¿soy yo, Señor?’ Espero que mi corazón sea tan puro y amoroso como el Maestro cuando mi amigo más cercano me traicione. Cuando Juan preguntó a Jesús quien le traicionaría, Jesús le dijo, "El que metió la mano conmigo en el plato, ése me entregará.” [Mateo 26:23]. Nadie entendió ese mensaje excepto por esas dos personas. Si Jesús hubiera dicho a los demás, ellos podrían haber matado a Judas porque todos ellos querían quedarse con Jesús en ese reino visible. Lo que hizo Jesús los confundió.
Cuando Jesús sumergió Su pan con Judas, mostró que él tuvo un lugar especial en el corazón del Maestro. Eso enseñó a todos los discípulos que Él tuvo un amor especial por Judas.
Todos los discípulos tuvieron problemas diferentes y necesidades diferentes. El problema de Judas era el amor al dinero. Durante tres años y medio Jesús trató de entrar en el corazón de Judas, pero Él no pudo. Lo peor que podemos hacer es cerrar nuestros corazones como hizo Judas. Debemos cerrar nuestras mentes y debemos abrir nuestros corazones. [Mateo 13:14-15].
Dios ha diseñado la palabra que nos es dada a través del ministerio para hacer un trabajo eterno interiormente. Esto sólo ocurrirá si le abrimos el corazón. ¿Cuántas veces Jesús dio poder a Judas para expulsar a los demonios, sanar a los enfermos, levantar a los muertos, y predicar el evangelio del reino? Jesús le dio todas estas cosas con un propósito; que Judas Le permita entrar en su corazón para librarlo de su problema de raíz. Todos los discípulos se doblegaron y se hicieron accesibles excepto por Judas. Al fin, cuando Jesús dijo que uno de ellos le traicionaría, Él sumergió el pan en el vino y se lo dio a Judas. [Juan 13:26]. Sólo dos personas entendieron el mensaje.
Mientras oímos la palabra, sólo dos personas conversan “Jesús y usted”. Nadie más forma parte de esa conversación. Jesús está trabajando dentro de nosotros, ahora mismo porque Él no quiere ponernos en peligro. Él no quiere descubrirnos delante de nuestros hermanos. Él quiere que nosotros abramos nuestros corazones a Él y entonces Él hará el trabajo.
Cuando Jesús sumergió el pan con Judas, Él realmente decía, ‘Judas, yo te amo. No hay amargura en mi corazón. No hay odio en mi corazón. Judas, yo te amo con una clase especial de amor. Por tres años y medio he apelado a tu conciencia, pero ahora apelo a tu corazón. ¿Qué me dices?’
A menudo vamos a las reuniones sin un deseo real para hacernos accesibles para que la palabra de Dios haga el trabajo que necesita estar hecho. Jesús dijo, ‘Judas, lo que vas a hacer, hazlo pronto, pero ten presente una cosa, Yo te amo’.
Hay una diferencia entre la negación y la traición. Pedro negó a Jesús tres veces, mas él le negó porque él estaba todavía en la oscuridad. Jesús dijo, ‘Pedro, antes que el gallo cante, me negarás tres veces’. Antes de que el gallo cante en nuestras vidas, estamos todavía en la oscuridad. Cuando el gallo comienza a cantar adentro de nosotros es que el amanecer del día nuevo comienza a venir. Desde ese punto en adelante, Pedro estaba en el camino para su restablecimiento.
Todos los discípulos, excepto Judas, tuvieron la liberación de la vida que estaba dentro de ellos. Pido que Dios nos conceda su gracia para que Él nos pueda tocar.
Si el diablo no nos puede atrapar a través de la pasión de nuestra carne, la pasión de nuestros ojos, o a través de la arrogancia de la vida, él trata de enredarnos con el entendimiento religioso. Si eso no surte efecto, entonces él tratará de desviarnos de la cruz y hacernos creer que ya estamos en el otro lado de la cruz. No seamos engañados. No estamos todavía en el otro lado de la cruz. Dios aún les permitirá a nuestros amigos más cercanos que nos traicionen, pero eso es sólo para mostrarnos lo que está en nuestro corazón.
Todavía no soy tan amoroso como Jesús. Algunas veces quiero tener el poder para acabar con aquellas personas quienes destruyen vidas y a aquellas que pervierten a los niños pequeños. Si tuviese el poder, entonces los extirparía. [Gálatas 5:12]. Sin embargo mi deseo es que Dios los haga accesibles y me ayude a ser accesible. Quiero ser libre. No quiero reaccionar inadecuadamente en el momento de mi máxima necesidad. Quiero poder confrontar la tentación cuando venga. Aunque me costaría un gran precio, quiero un corazón limpio.
Cuando ponemos nuestro rostro como un pedernal para ir a la cruz en su plenitud, el diablo está a la espera que nosotros hagamos un pequeño error o una vuelta fuera de propósito. Pido en oración que nosotros caminemos con prudencia.
Hemos estado preguntándonos una y otra vez para poner por escrito la doctrina que creemos en este mover de Dios. Las personas quieren ver cual es la base de nuestra creencia por escrito. Hay grandes batallas libradas para conservarnos libres del entendimiento religioso y de las órdenes religiosas porque el ministerio ha llegado a saber que nosotros vamos en pos de la vida y no en pos de la letra y que no podemos pasar este tipo de vida a través de la tinta y el papel o a través de las doctrinas de la Biblia. Sólo podemos pasar ese tipo de vida a través de una relación con Él quien es la vida.
Desde el primer día hasta el día de hoy, el púlpito ha estado abierto. Ha habido algunas cosas que se dijeron desde este púlpito para probar y enredar al pueblo en el entendimiento religioso y en la doctrina, pero también ha habido un ministerio fiel que se ha levantado delante de ustedes y que mantuvo el cauce claro.
No intento ligarlo a algo fuera de la vida de aquello que es real para usted. Dios ha ordenado cosas para usted que Él no ordenó para Pedro, Pablo, o Santiago. Él ha ordenado cosas para nosotros que Él no ha ordenado para los arcángeles, querubines, y serafines. Él ha ordenado una vida para nosotros que reemplace todo lo que alguna vez se haya visto en los cielos y en la Tierra. Esa vida es Su vida. Es Su naturaleza que Él quiere soltar dentro de nosotros. Ninguna cosa se compara a eso.
Nosotros no estamos siguiendo el modelo de otros movimientos u otras comunidades. Dios tiene un único diseño para Su pueblo. Pido que Dios nos mantenga dedicándonos a Él, no porque somos mejores o más santos que cualquiera, sino porque respondemos a Su llamado en nuestros corazones. Esto ocurrirá cuando nos reunamos conjuntamente, cuando no haya un hueso religioso en nosotros y vayamos sólo tras de la realidad. ¡Queremos la vida de Dios! Estamos aquí para la vida incorruptible.
En Ecuador, un hombre de Dios poderoso recientemente cruzó el velo. Deseo que todos ustedes lo pudieran haber conocido. Él fue como una flecha erguida. No tengo duda en mi corazón que hubo una esperanza interior que él estaría en la compañía del pueblo que realmente heredaría esa plenitud de la vida en la faz de la tierra. Él supo que la muerte no es una amiga, sino una enemiga. La muerte espiritual es una enemiga y eso causará la muerte física. Por esto es que creo que en esta hora Dios está impactando profundamente dentro de nosotros para ser esas personas que no pecarán más.
El diablo perdió su batalla en la vida de Jesucristo nuestro Señor, pero el diablo dijo a Jesús, ‘no es el tiempo. Tú no nos puedes atormentar ahora. Nosotros todavía tenemos 2000 años en el empuje’. El convenio fue suscrito para 6000 años, pero al final de todo allí va a estar una compañía de personas que traerán juicio sobre la naturaleza de la carne y sobre cada espíritu que se ha levantado dentro de nosotros que es contrario al llamado divino de Dios.
Creo que El Señor está empezando a hacer sonar el mensaje de la séptima trompeta. Cuando el mensaje de la séptima trompeta comience a ser tocado, los reinos de este mundo comiencen a convertirse en el reino de Dios y a Su Cristo. El mensaje de la séptima trompeta será cuando el misterio que ha sido escondido en Dios sea cumplido. Es cuando todos los reinos en nosotros se desmoronan porque Él se levanta en Su casa. El diablo pensó que él derribaría a Jesús. Ahora Jesús está exaltado muy por encima de todos los cielos para llenar todas las cosas.
La inmensa mayoría de la Cristiandad celebra la Navidad. Celebran algo que no es Jesús. Él nació de una virgen y Él trae la vida dentro de nosotros, pero absolutamente todo de Su vida sobre la Tierra se concluyó. Él no es más un bebé pequeño. [2 Corintios 5:16-17]. De hecho, Él no tiene cumpleaños. Celebran algo que ya no está en la mente de Dios.
Aquel Jesús quién es nuestra salvación ya no es el mismo que nació de María. Aquel Jesús que es nuestra salvación es el que ha sido engendrado del Padre. No es más el que nació de María, aunque Él tuvo que experimentar el nacimiento sobrenatural de la virgen. Él tuvo que cumplir la cruz y todo en el reino de la tentación, pero cuándo Él resucitó de entre los muertos, Él fue el primer engendrado del Padre. Él es el unigénito del Padre. No debemos detenernos ahora porque no estamos aún engendrados. Estamos siendo nacidos de una simiente incorruptible, pero esto es un proceso. Aún no se ha cumplido, pero se viene para su cumplimiento.
La mayor parte de la Iglesia cree que porque nacen del Espíritu y porque están llenos con el Espíritu, han obtenido todo lo que Dios ha ordenado. Esto es sólo el comienzo. Mientras permanecemos en la vida del Espíritu, tenemos una tremenda oportunidad.
Cuando Jesús fue engendrado del Padre, Él nació de Dios. El Padre Eterno lo hizo nacer de Su ser. Él murió para reconciliar al mundo. Tenemos a un mundo que ha sido reconciliado a través de la muerte de Jesús, pero están podridos, corrompidos, perversos, sucios, y siguiendo sus deseos. Su sangre nos redimió y nos compró hace mucho tiempo. Tenemos a un mundo que ha sido comprado tiempo atrás a través de Su sangre, pero el pecador aún no ha dejado de pecar. Debemos traer un mensaje cristalino en nuestros corazones que, si seremos parte de este segundo hombre, debemos echar a andar ahora. La salvación es ahora. El tiempo para la pureza es ahora. Alguno de ustedes está todavía en espera de alguna convención venidera cuando usted dirá, ‘Esto es todo’. Si usted espera eso, entonces usted lo desaprovechará.
Jesús habló de diez vírgenes. Fueron vírgenes. Nacieron del Espíritu y se llenaron del Espíritu. Todas ellas tuvieron luz en sus lámparas, pero cinco de ellas fueron tontas. Las vírgenes tontas pensaron que todo lo que necesitaban era la experiencia del nuevo nacimiento y la experiencia de la llenura del Espíritu. Pensaron que todo lo que ellas necesitaban era la unción que fluye en las reuniones.
Algunas personas viven de convención para la convención. No son conscientes que Dios no quiere que hagan eso. Serán parte de esas vírgenes tontas que tienen la luz, la unción, sus candeleros encendidos, y oirán la palabra, ‘El novio viene. Levántense y vayan a encontrarlo’. En el momento más crítico las lámparas de esas vírgenes tontas empezarán a apagarse. Rogarán a las sabias para que les concedan algo de su aceite, pero las sabias dirán, ‘No, vuélvanse y compren’. Las personas no compran la experiencia del nuevo nacimiento ni la experiencia de la llenura del Espíritu. Ambos son un regalo, son gratis, pero si deseamos tener aceite en nuestra vasija en todo momento, entonces no debemos ser perezosos. Tener aceite en nuestras vasijas quiere decir que, dondequiera que nos encontremos, estamos comprando aceite de Dios. Hacemos esto porque sabemos que nuestro cambio vendrá del interior, no del exterior. No tendremos el aceite en nuestra vasija si no vivimos en el poder del Espíritu donde trabajamos, donde caminamos, y donde vivimos. Si vivimos sólo en la unción durante las reuniones a las que asistimos cada semana o en las convenciones, entonces nosotros no compramos aceite. Sólo aquellos que compran el aceite están viviendo en el Espíritu y permaneciendo en el Espíritu. Las lágrimas pueden venir a sus ojos muchas veces, pero pondrán aceite en su vasija y ellos serán las que consuman el matrimonio.
1 corintios 15:45, " Así también está escrito: El primer HOMBRE, Adán, FUE HECHO ALMA VIVIENTE. El último Adán, espíritu que da vida.” Hay sólo el primer Adán y el último Adán. No hay segundo Adán. El segundo hombre es El Señor del cielo y Él no tiene a cualquier Adán en Él.
Las personas tienen problemas para entender que la Biblia no dice que Jesús se levantó del sepulcro. La Sagrada Escritura revela que Jesús resucitó de entre los muertos porque cuando Él llevó al último Adán a ese reino, Él nunca fue allí para manifestarlo otra vez. Él no tuvo que levantarse en el hombre Adán. Él ahora es el segundo hombre que es del cielo. [1 Corintios 15:47]. El segundo hombre que es del cielo no necesita abrir tumbas para salir. Él ya estaba afuera. Él envió al ángel quitar la piedra para revelar que Él ya no estaba más allí. Él no necesitó salir de la tumba pequeña en la Tierra porque Él no traía de regreso a Adán. Él estaba manifestando la realidad de la naturaleza del nuevo hombre.
Ésta es la razón de la vehemencia de los hombres y las mujeres que Dios ha puesto en nuestro medio para explicar por qué necesitamos dejar atrás nuestros cumpleaños, las luces de Navidad y la genealogía natural y todas las otras cosas que pensamos son tan importantes. Si no hacemos eso, entonces volveremos a la vida vieja y nosotros moriremos. La Biblia llama a eso, guardar los días, los meses, los tiempos, y los años en esclavitud. [Gálatas 4:9-11]. Cuando Jesús apareció al otro lado de la cruz, como el primer engendrado de entre los muertos, como el primer nacido de Dios, y como el Unigénito de Dios, Él había dejado atrás todas las tradiciones judías.
Cuando Jesús ascendió en la resurrección, Él dejó atrás cada reino natural y entró en el reino de la vida en Dios que está donde Él está ahora, y nos dice, ‘he puesto mi vida y mi Espíritu en ti. No el que estaba antes de la cruz, sino que el que está después de la cruz. Tienes el derecho dado por Dios para avanzar hacia arriba en esa plenitud de la vida que represento’. Él es la cabeza del hombre de la nueva creación, completamente nueva que no tiene escoria o vieja creación en Él.
Cuando ingreso en una casa y veo un bello Árbol de Navidad, no los critico. Cuando veo estas cosas, todavía los amo, pero deseo que entendamos el mensaje de este hombre nuevo. En este hombre no hay Navidades y ningún Año Nuevo o cualquier cosa que las personas están acostumbradas a celebrarlas santas. Si no continuamos santos para Él las 24 horas del día, los siete días a la semana, y los 365 días al año, entonces nosotros no continuamos en Su vida.
Nuestra vida comienza cuando Él viene a nosotros por la experiencia del nuevo nacimiento. 1 Corintios 15:46-47, "Sin embargo, el espiritual no es primero, sino el natural; luego el espiritual. 47 El primer hombre es de la tierra, terrenal; el segundo hombre, es del cielo.” Él es la cabeza de este hombre. Solí pensar que Jesús era mi cabeza personal, unipersonal. Pero no hay un millón de cabezas pequeñas dando brincos aquí y allá diciendo, ‘soy Jesús’. Aquí es donde la mayor parte del pueblo de Dios falla hoy. No reconocen que para estar bajo la cobertura verdadera del Señor Jesucristo, deben permanecer en el cuerpo de Cristo. Piensan que lo pueden hacer por ellos mismos. Si eso fuese el caso, entonces iría a una montaña, haría una casa, me quedaría allí, y diría a Dios, ‘Señor, trabaja sobre mí’.
Sé que no voy a ser perfeccionado aisladamente. Estoy siendo perfeccionado conjuntamente con ustedes. Hay una preciosa piedra fundamental que Dios ha colocado dentro de nosotros. No andamos buscando otras personas. Pido en oración que cada uno de nosotros dará todo lo que tenemos. No podemos penetrar en el reino de la vida incorruptible de forma individual. El segundo hombre, quien es El Señor del cielo, es la cabeza de un cuerpo, no la cabeza de un conjunto de personas disgregadas. Lo haremos conjuntamente. Si pensase que podría hacerlo por la unción y por el entendiendo del Espíritu que Dios me ha dado, entonces no necesitaría de ustedes y hace tiempo que habría dejado de congregarme con ustedes. Pero, porque sé que esa no es la forma, los amo; los bendigo, y les agradezco por ser pacientes con esta piedra fuera de lo común.
Creo que hay siete bautismos. El ministerio ha sido ordenado de Dios para realizar dos de esos bautismos, por agua y por la palabra. Somos bautizados en agua natural para que nosotros suscribamos un convenio que permaneceremos bajo las enseñanzas de Jesús. El bautismo de agua es sólo un signo o un símbolo.
El segundo bautismo es el ministerio de la Palabra. Jesús limpia Su iglesia a través del lavado por el agua de la palabra. Cuando la revelación del ministerio plural vino, Dios estaba revelando que allí abundase el agua. Algunas de nuestras reuniones se prolongaban hasta las dos en punto de la mañana a medida que fuimos bautizados en el agua de la palabra. Ahora, muchos se van a dormir después de la primera hora. Debemos despertarnos porque allí abundará el lavado a través del agua de la palabra. Jesús, el Padre, o el Espíritu Santo no harán estos dos bautismos para nosotros. Él ha ordenado al ministerio para hacer eso.
Jesús realiza otros dos bautismos que nadie más puede hacer. Él bautiza con el Espíritu Santo y con fuego. [Mateo 3:11]. Algunas veces deseo poder bautizar a las personas que están frías e indiferentes, con fuego. Algunas veces quiero decir a Jesús, ‘Permíteme Hacerlo’, y él me dice, ‘Frank, permanece con lo que te di para hacer. Se fiel para bautizar en agua natural y con el agua de la Palabra. Yo haré el bautizo en el Espíritu y fuego, porque sé lo que pueden soportar’.
El Espíritu Santo también tiene dos bautismos. El libro de Hechos contiene muchos relatos del bautismo del Espíritu Santo. Cuando oímos y recibimos el evangelio de Jesucristo y venimos con arrepentimiento genuino, el Espíritu Santo toma la sangre de Jesús y lo aplica a nuestra conciencia y nuestros pecados son perdonados. Sólo el Espíritu Santo sabe cuando nos hemos arrepentido.
En el libro de los Hechos, Pablo habla a doce hombres que habían sido bautizados con el bautismo de Juan. Cuando oyeron a Pablo hablar, " fueron bautizados en el nombre del Señor Jesús. 6 Y cuando Pablo les impuso las manos, vino sobre ellos el Espíritu Santo…” [Hechos 19:5-6]. Nuestra conciencia tiene que ser purificada por la sangre. No podemos recibir al Espíritu Santo con pecado en nuestra vida. En Juan 14:17 Jesús dijo que el mundo no podía recibir el Espíritu. Creo que los que son del mundo son pecadores porque viven en pecado. La sangre de Jesús primero debe limpiar a los pecadores. Después de que nuestros pecados hayan sido perdonados, somos candidatos para que Jesús nos bautice con el Espíritu Santo.
El segundo bautismo que el Espíritu Santo hace se encuentra en 1 Corintios 12: 12-13, "Porque así como el cuerpo es uno, y tiene muchos miembros, pero todos los miembros del cuerpo, aunque son muchos, constituyen un solo cuerpo, así también es Cristo. 13 Pues por un mismo Espíritu todos fuimos bautizados en un solo cuerpo, ya judíos o griegos, ya esclavos o libres, y a todos se nos dio a beber del mismo Espíritu.” La razón porque las personas son todavía judíos, griegos, anglosajones, y mejicanos es porque el Espíritu Santo no les ha bautizado en Cristo. Cristo no está dividido. Muchas personas piensan que porque nacen del Espíritu y son llenos con el Espíritu son automáticamente un cuerpo. Nuestro problema es que no dejamos al Espíritu Santo obrar para que nos bautice en el cuerpo de Cristo. Por esto algunas veces pensamos que no nos necesitamos unos a otros y que podemos hacerlo nosotros mismos. Debemos descubrir —si aun no lo sabemos— que no podemos hacerlo aisladamente.
El apóstol Pablo fue el “ministerio” más ungido del primer siglo y tuvo la revelación más clara de Dios relacionado a los propósitos de Dios. Cuando él bajó del tercer cielo en su experiencia, él ya no se vio a sí mismo como el apóstol principal, ni aun como el menor de los apóstoles. Él ahora se llamó el más pequeño de los santos. Y eso no fue porque él no fue llamado para ser un apóstol, sino porque él entendió aquello que él había visto en el tercer cielo, que no era correcto un “ministerio individual” para guardar relación con el cuerpo de Cristo. Él comprendió que conduciría un “ministerio plural”. A causa de eso, lo necesito más de lo que usted me necesita. Cuando nos damos cuenta que necesitamos el cuerpo más de lo que el cuerpo nos necesita, no preguntaremos lo que nos puede dar el cuerpo a nosotros o lo que puede hacer por nosotros. Mas diremos, ‘¿hay algo más que pueda hacer?’
1 Corintios 16:15, "Os exhorto hermanos (ya conocéis a los de la casa de Estéfanas, que fueron los primeros convertidos de Acaya, y que se han dedicado al servicio de los santos),” Una dedicación se afirmará en la naturaleza de Cristo dentro de nosotros y nosotros no preguntaremos, ‘¿Qué pueden hacer por mí?’ Esto es porque tendremos una revelación clara que mientras derramamos la vida de Cristo en uno y otro, no tiene importancia donde estamos localizados en Su casa, ya sea en el cimiento, en el sótano, o a nivel del techo. ¡Todo lo que tiene importancia es que estamos en la casa y cuando Dios llena Su casa, estaremos allí por siempre!
Las personas primicias son muy dedicadas al ministerio de los santos. No abandonan la tarea. Si el teléfono timbra a la 1:30 a.m., su respuesta no es, ¡No otra vez! Se despiertan por la necesidad. No tiene importancia qué hora es. Si simplemente pusiéramos en libertad la vida de Cristo dentro de nosotros, lo haríamos gustosamente. Nos levantaríamos y ministraríamos en el Espíritu para aquéllos que tienen una necesidad.
Debemos dejar al Espíritu Santo bautizarnos con el bautismo en el cuerpo de Cristo. Él no nos forzará. Él no nos meterá en medio de un cuerpo de personas del que no queremos vivir. El Padre dirige al Espíritu Santo para sumergirnos.
Cuando venimos al ministerio para ser bautizados en agua, pusimos nuestro cuerpo entero en sus manos, y supimos que no nos mantendrían bajo el agua hasta que nos ahogásemos. De la misma forma debemos poner nuestro ser en las manos del Espíritu Santo para que Él nos sumerja en la vida de Cristo. Pronto descubriremos que estamos realmente siendo hechos un cuerpo bajo una cabeza. El séptimo bautismo es para que el Padre lo haga. Él nos bautizará en el nombre del Padre, y del Hijo de Dios, y del Espíritu Santo, lo cual es la llenura de la vida de Dios. Ese bautismo es reservado solo para Él. Cuando Cristo, a través del Espíritu Santo, pone de manifiesto un cuerpo de personas hasta el final, entonces el Padre nos sumergirá en la plenitud de Su naturaleza divina.
1 Corintios 15:48-53, " Como es el terrenal, así son también los que son terrenales; y como es el celestial, así son también los que son celestiales. 49 Y tal como hemos traído la imagen del terrenal, traeremos también la imagen del celestial. 50 Y esto digo, hermanos: que la carne y la sangre no pueden heredar el reino de Dios; ni lo que se corrompe hereda lo incorruptible. 51 He aquí, os digo un misterio: no todos dormiremos, pero todos seremos transformados, 52 en un momento, en un abrir y cerrar de ojos, a la trompeta final; pues la trompeta sonará y los muertos resucitarán incorruptibles, y nosotros seremos transformados. 53 Porque es necesario que esto corruptible se vista de incorrupción, y esto mortal se vista de inmortalidad.” El resultado, la expresión, o el cumplimiento de la primera parte del versículo 53 automáticamente será revelado en el hombre mortal. No tenemos que tratar de ser inmortales. No necesitamos traer puesta una señal que diga, ‘soy inmortal’. En lugar de eso, necesitamos estar ocupados con la primera parte de este verso que dice, "Porque es necesario que esto corruptible se vista de incorrupción" Eso es un trabajo interno de Dios aquí adentro de nosotros. Durante ese trabajo conservaremos nuestro primer estado de existencia y nosotros no saldremos de nuestra habitación. Eso quiere decir que una vez que estamos en el Espíritu, no debemos despojarnos de él. Debemos permanecer en la conciencia de Dios, y no debemos volver a nuestra vieja creación.
Cada vez que nos volvemos por nosotros mismos a la vieja creación, nos volvemos por nosotros mismos a esclavitud. No se distraiga. No descienda. Conserve su primer estado de ser y no salga de esa habitación de la vida en el Espíritu. Entonces el momento vendrá cuando el cambio ocurrirá en un cuerpo de personas del interior hacia afuera.
No espere venir a otra convención para vivir sin pecado. No espere venir a otra convención para vivir en el Espíritu. Dios creó el mal y Él creó la oscuridad. Él crea la luz, pero Él no engendra la luz. Él es muy puro para que Sus ojos contemplen el mal.
Hay una diferencia entre engendrar y crear a través de la palabra creativa hablada por Dios. Dios habló todo lo que investigamos y está de acuerdo con la palabra creativa hablada por Dios. La Biblia dice que los cielos no están limpios, la luna y las estrellas no están limpias, y los ángeles no están limpios. No hay lugar en el universo que sea adecuado para la casa de Dios. La casa de Dios debe ser de Su propio ser.
Ésta no es una religión, una doctrina, o un mensaje vecinal. Dios quiere comunicarnos esa gran elección y exhortar a nuestras vidas. Hemos sido ordenados, seleccionados, elegidos, separados, santificados, y purificados para ser parte de Su ser donde Él da en herencia su tabernáculo por siempre. [2 Corintios 5:1]
Los cielos no le pueden contener o no le pueden comprender. Ninguna creación puede porque toda la creación de Dios está en un estado de corruptibilidad salvo aquéllos quienes no se han degradado por la corrupción. Muchos ángeles dejaron su condición de existencia y su habitación y ahora están atados con cadenas de oscuridad.
El primer hombre Adán fue creado en el estado de corruptibilidad, sin ser corrupto, y sin ser incorruptible aún. Él se degradó a sí mismo y sea corrompido hasta el día de hoy. Hay sólo uno que ha progresado a través del reino creado. Ese es Jesús. Él fue creado en el vientre de la virgen María. Él no podría entrar en este mundo como Dios o como un ángel. Él tuvo que venir como un nacido de una mujer, bajo la ley del pecado y de la muerte. Él experimentó cada tentación y él salió victorioso al otro lado. El Padre proclamó, "HIJO MIO ERES TU; YO TE HE ENGENDRADO HOY.” [Hechos 13:33]. ‘Te he sacado a luz de mi ser’.
El Padre no hablaba del Hijo de Dios que ha estado con Él por siempre. Él hablaba del Hijo de Dios que caminó en la unión con el Espíritu del Padre. Los dos Hijos son el mismo Hijo, en diferentes estados. El único Hijo, quién en algún tiempo no tuvo un cuerpo óseo y con carne, ahora tiene un cuerpo óseo y con carne. Ese cuerpo óseo y con carne transformado ha sido engendrado del propio ser de Dios, cuando Él resucitó de entre los muertos. Así es cómo Él tiene inherente en Su naturaleza todos los atributos, la gloria, y la vida del Padre Eterno. Dios y Jesús tienen la misma naturaleza. Están en el mismo reino. Por esto Jesús nunca aparecerá en alguna parte de este mundo allá afuera. Él aparece ahora mismo. Él está apareciendo ahora mismo. Él está apareciendo aquí mismo. Él absorberá cada parte mortal de nuestro ser, mas sólo si permanecemos en el estado de corruptibilidad sin volvernos corruptos y sin pecar ya más.
Alguien una vez me compartió que estaban teniendo problemas arrepintiéndose. Le dije que era fácil. Todo lo que tuvieron que hacer fue volverse y no hacerlo más ya. Tenemos el poder. Tenemos al Cristo. Debemos ir por el camino correcto y no salir más ya. El arrepentimiento cambia la dirección. No debemos dejar al enemigo o a nuestra carne engañarnos para volvernos hacia atrás por el mismo camino que vinimos.
Debemos recordar que Dios habló a los reyes sabios del oriente y les dijo que no regresen por el mismo camino que habían venido. Herodes quiso matar al niño. Regresaron a casa por otro camino. Haríamos bien si regresáramos a casa con una mejor manera de caminar la palabra, después que dejamos las convenciones y las reuniones. ¡No se vuelva así como usted vino! ¡No vuelva a caminar por el camino que usted vino! Hemos sido lavados por el agua de la palabra y limpiados por Su Espíritu y por Su sangre. [1 Corintios 6:11]. ¡Camine por otro camino!
Cada ser que Dios ha creado por la palabra creativa hablada tiene el potencial del mal y de la oscuridad y de la corrupción. Un ser que es engendrado del Padre nunca puede ser tentado con el pecado otra vez. Esto es lo que perseguimos en esta hora. Andamos tras de una naturaleza que no puede ser tentada. Seguimos una naturaleza que será asentada como un pilar en el templo de Dios y de donde no saldremos nunca más. Ese es nuestro clamor y ese es nuestro objetivo. Debemos soportar breve tiempo.
1 Corintios 15:53-56, "Porque es necesario que esto corruptible se vista de incorrupción, y esto mortal se vista de inmortalidad. 54 Pero cuando esto corruptible se haya vestido de incorrupción, y esto mortal se haya vestido de inmortalidad, entonces se cumplirá la palabra que está escrita: DEVORADA HA SIDO LA MUERTE en victoria. 55 ¿DÓNDE ESTA, OH MUERTE, TU VICTORIA? ¿DÓNDE, OH SEPULCRO, TU AGUIJON? 56 El aguijón de la muerte es el pecado, y el poder del pecado es la ley;” Debemos ser un pueblo que apasionadamente desean tener este trabajo hecho en ellos.
Los hijos creados pueden ser tentados y pueden pecar. Los hijos creados están en la condición de corruptibilidad si se quedan y caminan en el Espíritu. Los hijos creados son mortales. Pueden morir. Los hijos creados pueden morir tanto espiritualmente y físicamente. Los hijos creados son terrenales y pueden cambiar de dirección hacia atrás al polvo. Los hijos engendrados no pueden ser tentados con el pecado. Los hijos engendrados son incorruptibles, inmortales, y nunca pueden morir espiritualmente o físicamente. Dios todavía tiene una necesidad por carne y hueso porque si alguien del otro lado del velo no puede venir y pueda hacer que el mundo se arrepienta, entonces debe haber personas, aquí mismo quiénes deben hacer eso. Los hijos engendrados son celestiales. Han sido resucitados mientras caminan.
Jesús fue el modelo. Él nunca volvió al polvo. Él es el Hijo de Dios que el Padre selló. El Nuevo Testamento no se escribió mientras Jesús pisaba la Tierra. Después de que Él se sentó a la diestra de toda majestad, Él inspiró a los hombres para escribir. No escribieron simplemente una historia o una parábola. Esa palabra de Dios tiene la mente infinita de Dios, y Él que tiene una mente infinita lo escribió. Por consiguiente, puedo estar parado detrás del púlpito y puedo relatar lo que me ha dado Dios a mí. Alguien más puede venir detrás de mí y puede usar la misma Sagrada Escritura en una forma más intensa y más profunda, pero nunca cumpliremos las profundidades de esa palabra infinita de Dios. La cosa más bendecida es que Dios quiere revelarnos aquello que podemos entender, las buenas cosas que Él tiene para nosotros, si nos dedicamos a Él. Seamos esas personas de manera que cada palabra tenga el sello de la mente infinita del Sumo Sacerdote Eterno que intercede por nosotros.Amen